Friday, November 19, 2004

Jueves Santo


Vagábamos, o mas bien acosando un canto oculto en unos gemidos, al tanto que despertaríamos nuevamente al inicio del callejón sin dar los primeros pasos, nuestros pies enterrados en la sombra, más las piedras marcaban la cadencia milenaria del planeta y nos encauzaron hasta la noche.

Mientras mi alma se entrega confiada a una pasión ajena, las paredes perforadas, conducían a infiernos de efímeros martirios y dilatados vacíos, en esos escombros donde tantas veces exhumaba miel de los pecados postergados y confesos, le daba un descanso a la conciencia quedándome desnudo sobre las últimas horas de la madrugada.

El misterio dejó a la noche sola, y la pasión corre silenciosa por contenes, escapando de los condones, cristales y chimeneas de bolsillo.

El desfile inicia y el más hermoso de los ángeles no ha llegado, mañana la insignia me recordará espacio entre las llamas, por lo menos hasta que amanezca sábado santo, estamos libre de condena.

Isaac Ledesma

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